
Raziel Roldán/Xalapa. Los Tepetla es una de esas familias que parecen atesorar las costumbres y tradiciones de los abuelos y preservarlas por generaciones, para que a través de ellas se recuerden a los seres amados.
«En general cada año ponemos altar, nos gusta», comentó Dafne Agüero Tepetla, recordó que para ella era muy importante el día 31, porque es para los niños y como su abuela había perdido dos niños, les ponía su comida favorita.
Dijo que dependiendo el espacio que destinen ese año para poner el altar, es que deciden poner o no el arco, compran flor de cempasúchil y flor morada, pan de muerto, comida y mucha fruta.
En ese sentido dijo que los gastos que se hace entre toda la familia asciende de 2 mil a 3 mil pesos, tan solo en tamales se han gastado 800 pesos, y se necesita comprar la verdura y los ingredientes, ademas de lo que se pone en la ofrenda.
Finalmente comentó, que culminan estas festividades por los familiares que se han ido, a acompañarlos en el panteón al que asiste toda la familia.
Andrea Tepetla Montes, platica que para ellos es un día muy importante «porque es el reencontrar con los nuestros, con los que se fueron», desde el 18 de octubre con un ritual totonaco.
«Es un sincretismo del catolicismo, del cristianismo con las culturas prehispánicas y en ese devenir es que se conmemora la llegada de los ahorcados, los ahogados, los que murieron de manera trágica y los niños del limbo son los que no nacieron o se murieron sin ser bautizados», explicó.
Y añadió que los niños llegan el día 31 de noviembre a las 12 y se van a las 24 horas, el día primero; después llegan los adultos del día 1 al 2 de noviembre cumpliendo de igual forma las 24 horas, al irse los grandes, se les deja una veladora, un vaso de agua y una flor blanca al ánima sola, los difuntos que ya no tienen familia o nadie los recuerda.
«Pero nosotros dentro de nuestras creencias también les hacemos esas creencias, también les hacemos ese recordatorio, esa es la manera y nosotros ya estamos con la preparación de tamales, si gustan la familia los espera», dijo la tía Julia.