Redacción/El Demócrata. Al dictar la conferencia magistral “Competencias emprendedoras y transversales en la formación en traducción e interpretación”, Anabel Galán Mañas, vicerrectora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España, consideró que el espíritu emprendedor es esencial en el ámbito de la traducción.
El viernes 24 de septiembre, tras la inauguración del Segundo Foro Internacional sobre Estudios de Traducción e Interpretación (FIETI) 2021, la Doctora en Traducción y en Estudios Interculturales por la UAB manifestó que en la Unión Europea desde hace 20 años se busca integrar el espíritu emprendedor en todos los niveles educativos.
En el foro virtual que se efectuará hasta el 16 de octubre, el cual reúne a más de 300 participantes entre docentes, estudiantes, traductores, intérpretes, investigadores y gestores de Europa y Latinoamérica, Anabel Galán comentó que los rubros socioemocional y comportamental tienen que ver con las competencias transversales, es decir, gestión del tiempo, asertividad, iniciativa, trabajo en equipo, planificación o tolerancia al estrés.
No están directamente relacionadas con una tarea concreta, dijo, pero son necesarias en cualquier empleo. En un mercado específico sirven para saber cómo actuar, negociar con éxito o liderar a un grupo, trabajar en equipo, adaptarse a la evolución del mercado, negociar, planificar y hablar en público.
Por tanto, las competencias transversales son necesarias sobre todo para aquellas personas que trabajan de manera autónoma. Tan sólo, en el mercado de la traducción alrededor del 80 por ciento de las personas laboran bajo esta modalidad.
Sin embargo, un estudio con graduados realizado hace algunos años reflejó que el número de personas que trabajaban por cuenta propia no correspondía con ese porcentaje, lo cual quizá se deba a la falta de competencias transversales adquiridas o de seguridad para lanzarse al mercado.
Por ello, actualmente impulsan la introducción de esas competencias en el plan de estudios.
Respecto al emprendimiento, la especialista en tecnologías aplicadas a la traducción comentó que son un conjunto de competencias transversales que pueden aplicar los individuos o los grupos en todas las esferas de la vida.
“El emprendimiento lo desarrolla una persona al actuar sobre oportunidades e ideas, transformándolas en valor para los otros. Dicho valor creado puede ser financiero, cultural o social.”
En este contexto, reiteró la importancia del espíritu emprendedor en el rubro de la traducción, no por el hecho de que el 80 por ciento de las personas trabajen como autónomas, sino porque requieren de esas competencias para adaptarse a la rápida evolución del mercado de la traducción y de la interpretación.
Compartió que en universidades de España y Cataluña, a las áreas de humanidades y ciencias sociales no se les da la importancia que deberían de tener. “Cuando hay unidades de apoyo al emprendimiento, muchas veces van dirigidas a las personas dedicadas a la administración de empresas, de áreas más técnicas o científicas, pero no al ámbito de la traducción e interpretación”.
Aunado a la traducción e interpretación, también hay otras tareas relacionadas como: revisión, post-edición, gestión de proyectos y localización.
Asimismo, debe tenerse en cuenta dónde actúan o se desempeñan los egresados de este campo de conocimiento, o dónde lo harán, pues las actividades que se realizan en el centro de un país no son las mismas a las de una zona turística o industrial donde se precisa la traducción técnica, científica, o en lugares donde impera el rubro tecnológico.
“En cada país y en cada zona dentro del mismo territorio hay necesidades diferentes.”
Por tanto, es importante conocer las necesidades del mercado al que se insertarán los egresados. También, es necesario conocer el tipo de tecnología que emplearán, pues ésta evoluciona rápidamente.
Anabel Galán resaltó que gracias al impacto de la inteligencia artificial muchas universidades pudieron continuar sus actividades. Durante este periodo destacan avances en la creación de contenidos, plataformas, películas, series y videojuegos, lo cual sería imposible sin los programas de traducción automática.
No obstante, se desconoce cuántas universidades explican qué problemas de confidencialidad pueden derivarse por el uso de programas de traducción automática libre y de código abierto, cuántos cursos enseñan las técnicas de post-edición, o tienen clases de gestión de proyectos frente al gran volumen de contenidos que se deben traducir.
“Además de hacer las tareas propias de la traducción e interpretación, debemos ser capaces de adaptarnos a estas tareas, herramientas y flujos de trabajo”, subrayó.