Yhadira Paredes/Xalapa, Ver.- La alegría por la cercanía de la Navidad contrasta con la realidad que la gente que vive todos los días, con desconcierto e incertidumbre, donde las promesas de la campaña están muy lejos de cumplirse, se falsea la realidad y se maquilla como si ésta cambiara con los discursos oficiales, señaló José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa.
El sacerdote católico, en el documento de este domingo destaca que se miente sin ningún rubor y se abusa del poder.
“Los vicios del pasado son el pan de todos los días. Ante esta lacerante y lastimosa realidad tiene mucha actualidad el mensaje de la Virgen de Guadalupe cuando habla de construir la casita sagrada (…) Construir la casita sagrada debe significar entonces terminar con esa realidad que tanto hiere la vida de los ciudadanos. Es necesario construir también la casita sagrada en nuestra propia persona para que resurja una nueva civilización llena del amor misericordioso de Dios.”
Dicha casita sagrada debe ser un signo no solo de unidad, sino también de identidad, donde se manifieste un verdadero espíritu de familiaridad, donde nos reconozcamos y nos tratemos como hermanos que vivimos el amor fraterno.
Suazo Reyes manifestó que se debe estar alegre porque ya está por celebrarse la Navidad, la contemplación del Portal de Belén nos permite darnos cuenta de lo que Dios ha hecho por nosotros. La imagen tierna de un recién nacido nos hace pensar en el amor de Dios por nosotros.
Esta etapa debe mover a cultivar una actitud de corresponsabilidad ético-social para trabajar por una mejor sociedad y para promover mejores condiciones y ambientes sociales que favorezcan el respeto mutuo, la unidad, la reconciliación, la corresponsabilidad y el bien común.
“Conlleva a no ser indiferente al dolor y sufrimiento de los demás, a escuchar y atender a los pobres, enfermos, perseguidos, marginados, a los que son víctimas de la injusticia social. Que la celebración del Domingo de la Alegría y de las fiestas guadalupanas nos lleven a interiorizar y hacer nuestro el mensaje de la Virgen de Guadalupe: `No tengas miedo ¿no estoy yo aquí que soy tu madre?´.”