Anarquistas cuestionan con tinta roja

México/Notimex. Con pintas de aerosol y diversas consignas, grupos anarquistas y radicales se hicieron presentes en la marcha por el 51 aniversario de la matanza de Tlatelolco.
Y por ese medio también expresaron su malestar ante el operativo de Cinturón de Paz, valla humana de funcionarios y voluntarios con camisas blancas, orquestado por el gobierno capitalino, para evitar las formas más subversivas de protesta.
¿Tanto miedo nos tienen que nos bloquean?, se leía en tinta roja en una de las vallas metálicas montadas para proteger las paredes de la sede del Banco de México.
El mayor incidente ocurrido durante la marcha que partió en punto de las 16:00 horas de la Plaza de las Tres Culturas, ocurrió sobre la calle 5 de Mayo, por donde los nutridos contingentes arribaron al Zócalo capitalino. En este punto del recorrido ya no había cinturón de paz, sino estructuras metálicas para blindar paredes y vidrios.
Justo en la esquina de 5 de Mayo y Eje Central Lázaro Cárdenas, policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina se toparon de frente con un contingente anarquista apostado cerca de la retaguardia de la marcha.
Fue entonces que el bloque, con vestimentas negras y rostros cubiertos arrojó piedras a los policías y después petardos, acción que replicó en cada esquina de la calle 5 de Mayo, donde se encontraban pequeñas células de uniformados, quienes en un principio se compactaron tras sus toletes.
Coreaban: «Muerte al Estado, que viva la anarquía» y «Perros guardianes del orden y la ley, asesinos a sueldo, abuso de poder».
La acción fue repelida poco antes de arribar a la Plancha del Zócalo, donde se desarrollaba el mitin de cierre de la protesta.
A la altura de la calle Palma, los policías cerraron formación para encapsular al contingente anarquista y les arrojaron gas lacrimógeno. Después de unos 20 minutos de gritos y jaloneos, la violencia cesó.
En entrevista con Notimex, Ana, anarquista de 25 años que este 2 de octubre marchó con el rostro cubierto, señaló que no es nuevo el discurso oficial para criminalizar a los grupos más contestatarios.
«Es algo histórico, el poder siempre ha buscado criminalizar y reprimir a los movimientos más contestatarios, a los jóvenes más radicales; es algo inherente a la lucha de clases», opinó.
Consultada sobre el objetivo de sus formas de protesta, tales como romper vidrios, arrojar piedras, rayar paredes, arremeter contra policías, comentó que es «para romper la paz de mentiras que nos quieren imponer de que aparentemente todo está bien cuando en realidad estamos en un abismo de miseria, desigualdad y violencia».
Y agregó que «se hacen para alterar el orden: que la gente vea que hay mucho enojo, mucho fastidio, mucha frustración».
Aunque el gobierno capitalino y el mismo Comité 68, organizador de la marcha, llamó a los manifestantes a no cubrirse el rostro durante la caminata conmemorativa, cientos de jóvenes hicieron caso omiso.
En varios contingentes, sobre todo de estudiantes de nivel bachillerato, sobresalían hombres y mujeres con todo tipo de coberturas en la cara: desde coloridos paliacates hasta trapos negros que apenas dejaban entrever las comisuras de los ojos.
En su opinión, marchar con el rostro cubierto permite a anarquistas y no anarquistas proteger su identidad ante el aparato de espionaje oficial que existe contra los grupos disidentes y particularmente contra los más radicales.