Avanza restauración de murales en Universidad Chapingo

México, 29 de agosto/Notimex. El equipo de especialistas que trabaja en la restauración en los murales pintados por Diego Rivera entre 1923 y 1927 en la Capilla Riveriana de la Universidad Autónoma Chapingo afectados por los sismos de septiembre de 2017, realizó el registro fotográfico de los daños.

Los nueve restauradores del Taller de Obra Mural del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del Instituto Nacional de Bellas Artes incorporarán la información gráfica recopilada al dictamen actualizado del estado de conservación de la obra.

Alejandro Morfín Faure, restaurador encargado del proyecto, recordó que los murales se intervinieron en 2010 por necesidades de conservación; sin embargo, debido a los sismos de 2017, diversas grietas reaparecieron porque están hechos con la técnica al fresco sobre muro directo.

El especialista comentó que diversas fisuras se produjeron en el terremoto de 1985 y algunas otras son anteriores, ya que el recinto es una construcción que data del siglo XVII.

En un comunicado, detalló además que una de las zonas más afectadas es el primer intercolumnio, donde se tuvo que colocar un pequeño como medida preventiva, ya que había riesgo de desprendimiento.

El proceso de restauración continuará con la limpieza mecánica y acuosa de la zona a restaurar, la consolidación, inyección de oquedades o cámaras de aire con cal y polvo de mármol, la nivelación de superficie con resanado y la reintegración cromática.

Morfín Faure explicó que, de acuerdo a los principios de restauración internacionales, la reintegración cromática de los fragmentos dañados se realiza con un material reversible, en este caso acuarela, y con técnicas como el puntillismo y el rigatino, pues “se tienen que hacer evidentes las partes restauradas y respetar el trabajo del artista”.

El conjunto de frescos que tiene la Capilla Riveriana, que funcionaba como un lugar de culto religioso en una antigua hacienda del siglo XVII, representa uno de los primeros trabajos muralísticos de Diego Rivera en México, en el que abundan alegorías a la tierra, la lucha, el trabajo y la unión de los campesinos, obreros y estudiantes.

La obra está conformada por un conjunto de nueve lienzos, para los cuales posaron Tina Modotti, Guadalupe Marín y Pablo O’Higgins.

En este trabajo, el pintor guanajuatense hizo uso de la arquitectura del lugar, como las claraboyas, las ventanas, los resquicios y arcos, donde colocó trampantojos y jugó con las dimensiones y las perspectivas.

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