Azael cumple 40 años como albañil, oficio que le heredó su padre
Azael Gutiérrez Barrera cumplió 40 años dedicándose a la albañilería, un oficio que le heredó y enseñó su difunto padre Julián Gutiérrez Lara, a quien recuerda con un nudo en la garganta.
Él comenzó a construir y echar colado desde los 16 años. Ahora tiene 56 y cuenta, con orgullo, algunas de sus más sobresalientes anécdotas: acontecimientos que lo han marcado física y emocionalmente.
Hace varios años, en la colonia Álvaro Obregón de esta ciudad de Xalapa, “levantó” una vivienda, donde presenció un accidente. Cayó desde una altura de cuatro metros, resultando con una fractura en el tobillo que le impidió trabajar durante más de seis meses.
“Este pie (izquierdo), lo que es mi tobillo cayó encima de una piedra, entonces enseguida se me inflamó, el patrón me permitió trabajar pero solo supervisando la obra, venia con muletas y aquí estaba yo un rato”, relata.
También tiene recuerdos satisfactorios. Su empleo, mismo que disfruta y realiza con pasión, hizo posible que dos de sus tres hijos fueran a la universidad y ahora sean profesionistas.
“Gracias a Dios tengo tres hijos y uno es ingeniero mecánico, trabaja en la Nissan y el otro estudió Medicina, gracias a Dios de esto ha salido para sus estudios. El más chico trabaja en lo mismo que yo, pero ellos no están aquí, ellos viven en Cancún y allá trabajan los tres”.
Don Azael es orgullosamente xalapeño y se considera un escéptico albañil, pues la mayoría de ellos festejan su día, el 3 de mayo, acompañando sus alimentos con aguardiente y tabaco.
“No tomo y no fumo. El que me esté oyendo va a decir: bueno, un albañil que no toma y no fuma no es albañil, pero no fumo y no tomo”, insiste.
Su festejo en el Día de la Santa Cruz será un convivio con sus “chalanes”, para degustar ricos platillos y contar las inolvidables historias que han surgido durante décadas de trabajo en la construcción.