Candidatos a Presidencia de Brasil apoyan portación de armas en el campo

Río de Janeiro, 14 de agosto/Notimex. Algunos de los candidatos conservadores a la Presidencia de Brasil abrieron el debate sobre legalizar la portación de armas en zonas rurales, idea a la que se han sumado políticos moderados, pese a que este país es considerado uno de los más violentos, con 63 mil homicidios en 2017.
El exmilitar y diputado Jair Bolsonaro, segundo en las encuestas de intención de voto tras Luiz Inacio Lula da Silva, fue el primero que se mostró a favor de “armar a la gente honesta porque todos los bandidos lo están”.
Con posiciones extremistas y numerosos exabruptos a lo largo de su carrera, en la que llegó a cuestionar que hubiera un golpe de Estado militar en Brasil en 1964, la popularidad de Bolsonaro entre los electores ha llevado a otros candidatos moderados a apoyar la medida.
El exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, del liberal Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), dijo recientemente que “la portación de armas debe ser facilitada en el medio rural”.
Incluso en candidaturas de centro, como la de la exministra Katia Abreu, titular de la cartera de Agricultura durante el mandato de Dilma Rousseff y ahora candidata a la vicepresidencia junto a Ciro Gomes, hay un apoyo explícito a la controvertida medida.
“Defiendo el uso de armas en casa, rural y urbana”, afirmó la senadora Abreu, quien aseguró que los productores rurales están a merced de la delincuencia.
“Están robando material de trabajo, hasta neumáticos de los tractores. No quiero una guerra en el campo, ni una batalla civil en el país. Pero no considero justo que los criminales se armen cada vez más”, agregó.
El tema, que podría ser uno de los centrales de la campaña en un país azotado por la violencia, genera una gran polémica, pues en 2003 Brasil aprobó una ley para tratar de reducir el número de armas en circulación, al considerar que era una medida efectiva para combatir la criminalidad.
Con todo, datos del año pasado mostraron que solo en 2017 fueron registradas 33 mil nuevas armas, 10 veces más que en 2004, cuando entró en vigor el estatuto para el desarme en el país.
Los asesinatos con arma de fuego, por su parte, no han dejado de crecer en un país que tiene estadísticas de muertes violentas similares a las de naciones en guerra.
Brasil registró en 2017 el año más violento y continuó con su tendencia alcista en número de asesinatos, con 63 mil 880 víctimas en ese año, es decir, siete por hora, según un estudio publicado la semana pasada.



