Católicos se pronuncian firmemente contra el aborto

Yhadira Paredes. Xalapa, Ver., 29 de julio de 2018. La vida humana tiene un carácter sagrado e inviolable porque procede de Dios, por lo que el respeto por la vida de los demás es un límite que nunca debe ser transgredido, aseguró el sacerdote José Manuel Suazo Reyes a través del comunicado dominical de la Arquidiócesis de Xalapa. 

En el documento, aseveró que la iglesia católica es una comunidad donde creen y profesan que Dios es el que da la vida y el que llama a su presencia. y manifestó que no solo es una creencia, pues la ciencia genética ha demostrado que la vida humana comienza con la fecundación.

Sostuvo que el concebido tiene su propia carga genética que desarrolla en el vientre de su madre, hasta el momento de su nacimiento y una vez nacido, sigue desarrollándose y evolucionando, es decir, lleva a cabo un proceso continuo durante toda su vida. 

‘Aniquilar este proceso en forma voluntaria es destruir a un ser humano por pequeño que parezca. La Biblia contiene el precepto milenario de No matarás para recordarnos que la vida es un don que debemos amar, respetar y cuidar.

Dios es el dueño absoluto de la vida del ser humano. La vida humana tiene entonces un carácter sagrado e inviolable porque procede de Dios. El respeto por la vida de los demás es un límite que nunca debe ser transgredido’.

Suazo Reyes afirma que en la Iglesia Católica siempre se ha privilegiado la vida del ser humano y ratifica la necesidad de proteger con el máximo cuidado desde el momento de la concepción hasta su muerte natural.

Dijo en el comunicado católico que en Veracruz se tienen orgullosos de que la Constitución garantiza el derecho a la vida desde que empieza con la fecundación hasta que llega su desenlace con la muerte natural.

‘Desde luego, amamos y respetamos la vida humana, no solo la que se está gestando sino también la que se desarrolla en todo el arco de la existencia humana. La vida de cada individuo, por condicionada o limitada que parezca, tiene dignidad y merece nuestro máximo respeto. Todo esto forma parte de la cultura de la vida que siempre promoveremos’.

Finalmente, argumenta que no se puede hablar de derechos humanos si  no se protege la vida desde su inicio, por lo que se pronuncian en contra de la llamada cultura de la muerte

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