Crisis por COVID-19 dejó al descubierto la fragilidad humana

Yhadira Paredes/Xalapa.  La crisis sanitaria del Covid-19 ha llevado a la pérdida de muchas vidas, cambado la forma de vivir, cuestionar los sistemas económicos, sanitarios y sociales y exponiendo la fragilidad que como criaturas tiene el ser humano, aseveró el Papa Francisco en su mensaje ante la Organización de Naciones Unidas  el pasado 25 de septiembre. 

En el comunicado de este domingo de la Arquidiócesis de Xalapa, se retoma lo dicho por el jerarca católico, quien consideró que este es un momento oportuno para la conversión repensando nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales.

Se pronunció en contra de actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento que deja fuera a los más pobres y vulnerables.

“Es doloroso ver cuántos derechos fundamentales continúan siendo violados con impunidad (…) Queda la terrible imagen de “una humanidad violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de desarrollo. Las crisis humanitarias se han convertido en el statu quo, donde los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad personales no están garantizados”.

Asimismo, destacó ante los integrantes de la ONU las consecuencias devastadoras del Covid-19 en los niños, menores migrantes y refugiados no acompañados, la violencia que ha aumentado contra los niños, el abuso infantil y la pornografía.

Y ante el hecho de que no pueden regresar a la escuelas, está la amenaza de aumento del trabajo infantil, la explotación, el maltratado y la desnutrición, ademas de que en algunos países se ha promovido el aborto como uno de los servicios esenciales. 

El Papa Francisco reiteró que los primeros educadores del niño son sus padres, pero la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable; en tanto, en el caso de la mujer en todos los niveles están jugando un papel importante, con su contribución única, tomando las riendas con gran coraje en servicio del bien común. Sin embargo, muchas mujeres quedan rezagadas: víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes. 

“De una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores, pero la contingencia sanitaria ha evidenciado los límites de nuestra autosuficiencia y fragilidad humana. Todos nos necesitamos, no podemos vivir sin el otro”.

Destacó, finalmente, que la ONU fue creada par aunar a las naciones, promover apoyos solidarios y cuidar a la humanidad, pero hay algunas políticas que este organismo promueve o apoya son auténticas formas de colonialismo ideológico y atentados en contra de las naciones, de la familia y de los derechos fundamentales.

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