Del amor y otras ficciones en «Poemas para otakus» de Paola Llamas Dinero

Redacción/Xalapa. Solemos entender a la ficción como un espacio estructurado para evadirnos de la realidad, un entretenimiento que nos permite relajarnos y olvidar la aspereza de lo cotidiano. Pero no hay nada más alejado de la “realidad”.

Todo aquello en lo que creemos, lo que define nuestra identidad, proviene de la conceptualización de lo que percibimos de los otros, del entorno. Nuestros más grandes amores se basan en novelas escritas hace doscientos años, nuestros más sedientos sentimientos de venganza ya fueron filmados en películas de mediados del siglo XX. Nuestra identidad es una ficción o múltiples ficciones y esa es la tesis sobre la que se estructura Poemas para Otakus, poemario que aborda los temas esenciales para cualquier fulano: el amor, la muerte, la memoria, la tristeza y el dolor.

La primera ficción que pone en evidencia es la del lenguaje poético, pues propone una composición semántica a través de un lenguaje tomado de la jerga del anime y de la meme cultura, vocablos japoneses filtrados por la mexicanidad (Kurikitatakae), además de ese lenguaje tan eminentemente iconográfico que nos regaló el internet: UwU, >.<, :D, (ㆆ_ㆆ), etc. Por decirlo de algún modo, “baja” a la poesía de su pedestal y la pone a jugar con todas esas referencias de nuestra infancia.

Pero el éxito del poemario no radica en meter referencias o en hablar desde la “cultura pop”, pues de ser así se quedaría en un mero ejercicio, un divertimiento. Paola no olvida uno de los aspectos centrales de la poesía, que es dar un giro a lo ya contado: si no hay temas nuevos, si nos aqueja lo mismo desde que decidimos andar erguidos, el truco está en saber contarlo de otra manera, en darle la vuelta. Es algo que queda claro en el poema Regla #34 –para quienes no estén versados en estos temas, la regla #34 de internet señala que en la web existe contenido pornográfico de absolutamente cualquier tema o personaje-, donde a autora se pregunta si habrá pornografía sobre la necesidad de Empatizar, / Sentirse comprendida. / Llenar estos huecos vacíos. Así, quedan expuesta esta gran contracción de nuestro mundo moderno: en la era de la información, estamos cada vez más solos.

¿Y eso es todo? Tal vez no, o eso piensa Paola Llamas Dinero, pues en sus poemas queda claro que, si existe un prota en nuestras ficciones que le de sustancia a la trama, ese ha de ser el amor, ficción que en más de una ocasión ha cambiado al mundo tanto bien como para mal.

Sin caer en cursilerías, Poemas para otakus, nos recuerda que nuestros primeros amores fueron esos personajes de Dragon Ball Z o SailorMoon, personajes que en ese momento fueron referentes para nuestra vida. Personajes que hoy día nos sirven para entender una de las ficciones más elusivas, la de nuestros cuerpos. Ellos, personajes en 2D, perfectamente dibujados, son incapaces de envejecer, de morir, pero nosotros no y siendo algo inevitable ¿Por qué no jugar con el cuerpo, por qué no aprovecharlo? Tenemos la oportunidad de teñir nuestro cabello como nuestro personaje favorito, ejercitarnos para lograr su cuerpo, entintar nuestra piel para narrar una historia, otra historia, la de trascendernos a nosotros mismos, una historia en un pequeño poemario en cuya escena final podamos sentarnos en una silla plegable, con una luz sobre el escenario mientras todos nuestros seres queridos aplauden, al tiempo que decimos a coro con la autora “En la fantasía vive la verdad/ Hay miles de lenguajes y elegimos este”.

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