Destaca UNAM legado del escritor Juan José Arreola

  • Fue uno de los hombres más cultos que ha tenido el país, dijo Juan Villoro

México, 24 de septiembre/Notimex. A cien años del nacimiento de Juan José Arreola, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recuerda al escritor jalisciense como un artesano de la palabra y artífice de espacios fundamentales en donde actualmente se encuentran el arte y la cultura.

El autor de Bestiario fue director y fundador de Casa del Lago que hoy lleva su nombre, creó diversos talleres literarios en la máxima casa de estudios.

También encabezó el movimiento poético-teatral Poesía en Voz Alta, que determinó el nacimiento del teatro contemporáneo, que hasta hoy continúa como un espacio libre y experimental donde se celebran las posibilidades de la palabra y la creación artística.

A propósito de la conmemoración del centenario de su nacimiento, Juan Villoro señaló que fue uno de los hombres más cultos que ha tenido el país, tenía una memoria sorprendente, era buen escultor, actor notable; estudió pantomima, hablaba varias lenguas y podía citar en latín.

Un comunicado difundido por la UNAM, destacó la facilidad que tenía para encontrar la literatura en cualquier circunstancia, “era una de las personas más vitales y divertidas que he tratado”.

“Yo era un jugador defensivo, participamos juntos en el torneo del Distrito Federal; a mí me tocó en la primera ronda la mala suerte de enfrentar a un jugador mucho mejor que yo, y más ofensivo; no sabía qué hacer, me acerqué a Arreola y le pregunté ¿cuál debe ser mi estrategia?, y me contestó con una frase poética: Mételo a tu gallinero y le quitas lo pavorreal”, recordó.

Tenía gran aprecio por los saberes artesanales y decía que la literatura le debía mucho a la orfebrería, a la carpintería, al trato paciente y cuidadoso con los materiales en su natal Zapotlán el Grande, Jalisco. Él aprendió muchos trabajos de artesanía y afirmaba que le habían ayudado a ser escritor.

El ganador del premio Iberoamericano de Periodismo Rey de España 2009, recordó que Arreola construyó una mesa de ping pong y consiguió unas lacas chinas para que la pelota tuviera el bote reglamentario. Lo describió como un jugador extraordinariamente vistoso, entre otras cosas porque en los partidos también hacía declaraciones profundamente literarias.

“Era un conocedor de los deportes, algunos poco frecuentados en México; todo eso constituyó su personalidad formidable y sugerente, que dio lugar a algunas de las principales obras de la literatura mexicana”, refirió.

Destacó, también las cualidades autodidactas de Arreola “es uno de los hombres más cultos que he conocido, con una memoria absolutamente sorprendente y con un acercamiento muy distinto: era buen escultor, actor notable, estudió pantomima, hablaba varias lenguas; podía citar en latín, además conocía elementos de la liturgia y la tradición cristiana”.

El libro Bestiario fue dictado por Juan José Arreola a un amanuense de excepción que fue José Emilio Pacheco. “Él nunca escribió una línea de esa obra, todo lo dictó; fue alguien dotado de esta facilidad para la palabra, del dominio oral del lenguaje”.

Alejandra Amatto, coordinadora del Seminario de Literatura Fantástica Hispanoamericana (siglos XIX, XX, XXI) en la FFyL, consideró que Juan José Arreola fue un destacado lector de la narrativa fantástica, que antecedió sus primeras creaciones.

“Su forma de entender lo fantástico era lo que lo vincula con tradiciones, toda la simbología religiosa; uno los ejemplos más famosos dentro del género es su cuento Un pacto con el diablo, una obra a la que él le da una vuelta al incorporar lo que fue la introducción del cine en los escenarios narrativos”.

La académica universitaria resaltó que Arreola es uno de los autores que podemos llamar canónicos; desde sus primeros relatos genera esa especie de complicidad con el lector, un código para entender su literatura.

 

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