Don Manuel, el mesero cupido

Isabel Ortega. Xalapa. Don Manuel, de oficio mesero desde hace 17 años, ha sido el cupido humano que ha sellado el compromiso de parejas, ha ayudado a la reconciliación de otras más, y es el terapeuta de clientes asiduos al bar México, en pleno centro de la ciudad.

Su trabajo como dependiente le ha permitido conocer a decenas de parejas que se han comprometido en su presencia, lo consideran su celestino, y tras algunos años han regresado, con sus hijos, a presentarlo como el mejor casamentero de Xalapa.

Considera que para ser mesero se debe tener vocación, ser paciente y tranquilo para poder conocer al cliente y hasta entenderlo, “somos como psicólogos, cuando llega un cliente sabemos que viene con gusto, con coraje o si viene con depresión o el mal amor”.

“Para ser mesero hay que hacerlo con gusto, atender un cliente es un arte, hay que llevarlo por dentro para acomodarse, para conocer el problema que trae”.

Su función, dice, le ha permitido ser testigo de historias de amor, un tarro de cerveza permitió sellar un compromiso de uno de sus amigos con su novia, hoy lleva 12 años de casado, es padre de dos hijos y ya le avisaron que será el invitado principal a la fiesta de XV años de la hija mayor de la pareja.

La relación se había fracturado, y el joven reconoció en su exnovia la mujer ideal para formalizar su matrimonio, por lo que recurrió a don Manuel para hacer la propuesta de matrimonio, acompañado de una cerveza.

“Me trajo el anillo dos horas antes, y me trajo a la novia, en una cerveza le eche el anillo (…) ya cuando se tomó la cerveza se dio cuenta del anillo, y le dijo, mi amor te quieres casar conmigo, la joven dijo que sí y se puso a llorar”.

En otras ocasiones, ha ayudado a planear la reconciliación de parejas, que tras algunas cervezas o tequilas han salido de la mano del conocido bar.

Don Manuel, dice ser un convencido del amor, lleva 30 años casado y cada 14 de febrero vive nuevas historias de amor y desamor, su oficio le ha permitido conocer a muchas parejas y vivir alguna que otra separación.