El ejército sudanés despide a seis enviados mientras crece la condena al golpe de Estado
El ejército gobernante de Sudán ha destituido a seis embajadores y las fuerzas de seguridad han endurecido la represión contra los manifestantes pro democráticos, mientras crece la presión internacional contra el golpe de Estado de esta semana.
La decisión, anunciada a última hora del miércoles en los medios de comunicación estatales, incluía a los embajadores de Sudán en Estados Unidos, la Unión Europea, China, Qatar, Francia y al jefe de la misión del país en la ciudad suiza de Ginebra, aparentemente por su rechazo al golpe militar.
Se produjo mientras aumentan las demandas para que el ejército se retracte del golpe de estado del lunes, que hizo descarrilar la frágil transición de Sudán hacia la democracia tras la destitución del longevo gobernante Omar al-Bashir en abril de 2019 en un levantamiento popular. Varias embajadas occidentales en Jartum también dijeron que seguirán reconociendo al depuesto primer ministro Abdalla Hamdok y a su gabinete como “los líderes constitucionales del gobierno de transición” de Sudán.
El miércoles, la Unión Africana anunció su decisión de suspender a Sudán de las actividades del bloque hasta el restablecimiento del gobierno de transición dirigido por civiles del país, mientras que Estados Unidos puso en pausa 700 millones de dólares en ayuda de emergencia y el Banco Mundial congeló la ayuda.
La decisión del Banco Mundial supone un duro golpe para un país que acababa de salir de tres décadas de aislamiento financiero. Durante el gobierno de al-Bashir, Sudán fue incluido en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de Estados Unidos, lo que le impidió acceder al tan necesario alivio de la deuda y a la financiación de las instituciones mundiales, además de limitar las posibles inversiones extranjeras.