Yhadira Paredes/Xalapa. Lo ocurrido la tarde noche de ayer en el estado Corregidora entre aficionados de futbol que derivó en más de 26 lesionados, es una llamada a tomar conciencia para que termine la intención de enfrentar a los mexicanos, aseveró el arzobispo de la Arquidiocesis de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong.
Al inicio de la homilía de este domingo desde la Iglesia Catedral Metropolitana, el prelado católico advirtió que por ninguna razón los mexicanos deben verse como enemigos o contrarios.
Señaló que la misa de este domingo también tendría la intensión de orar por el sufrimiento y dolor de tantas familias mexicanas, cuyos hijos estuvieron ayer en Querétaro en el partido de futbol entre Gallos Blancos y Atlas, el cual terminó en una batalla campal entre aficionados.
“Hoy le pedimos al señor que esta realidad tan triste que se vivió en Querétaro el día de ayer, sea una toma de conciencia de que ya basta de enfrentarnos a los mexicanos, por ninguna razón, por ningún motivo podemos vernos como enemigos, como contrarios”.
Y agregó que en ninguna relación humana, social, deportiva, política o religiosa podemos vernos como enemigos “somos mexicanos, todos somos hijos de Dios”.
Se debe anteponer, dijo, el respeto, el afecto, la reconciliación y sobre todo el perdón y comprensión.
Asimismo, ofreció la Eucaristía de este domingo por la paz en Ucrania, pero también por la de nuestro país que se enfrenta a la violencia, criminalidad y la impunidad.
Hay que recordar que el sábado por la tarde cuando menos 26 heridos que requirieron atención médica hospitalaria, 3 se encuentran graves, 10 delicados y restantes sin gravedad, fue el saldo de un enfrentamiento entre seudo aficionados de los equipos de futbol Queretaro y Atlas en el estado Corregidora de la ciudad de Querétaro.
CUARESMA ES EL TIEMPO DE LIBERACIÓN
Por otra parte, en su homilía, el Arzobispo de Xalapa señaló que el tiempo de Cuaresma es el adecuado para que se deje a un lado la mediocridad, librarnos de la sumisiones y la manipulación.
Llamó a la feligresía a no permitir la mediocridad en la vida, pues es tan dura la vida y las vocaciones que se nos ofrecen salidas fáciles, “ni tan tan ni muy muy”, dejando a un lado la santidad, “nadie está llamado a vivir una vida mediocre, quiero ser un buen papá, una buena mamá, un buen hijo, un buen sacerdote, una buena religiosa”.
Además, evitar la sumisión a los ídolos, toda vez que el tentado presenta la tentación del poder, el éxito, pero sometiéndose a muchas corrupciones y por último dejar de manipular a Dios esperando que él haga milagros, cuando es responsabilidad del ser humano cumplir con sus obligaciones.
