Redacción/Xalapa. Una sigilosa protesta con mariposas creadas por estudiantes de la Facultad de Artes Plásticas (FAP) de la Universidad Veracruzana (UV) ante los feminicidios en Veracruz fue el antecedente de Históricas, la intervención artística que durante las noches y madrugadas se plasma en las paredes del viaducto del Parque “Benito Juárez” y ya es considerada un hito del movimiento feminista en la ciudad.
La obra es creada por la Colectiva Unidas, conformada por seis jóvenes, en edades que rondan entre los 18 y 24 años. Cinco son estudiantes de la FAP: Oriana Ávila y María Teresa González del programa de Fotografía; Andrea Lira, de Diseño de la Comunicación Visual; Ivania Smith y Teresa Miranda, de Artes Visuales, y una de preparatoria, Sofía Perusquia.
Todas ellas crean por primera vez una obra de tal naturaleza; a la par, en el día asisten a sus clases y en algunos casos también trabajan para solventar sus estudios.
Los trabajos iniciaron el 22 de marzo y está programado que durante un mes pinten los muros del viaducto, alrededor de 200 metros de largo si se consideran ambos, aunque no descartan concluir antes. Para concebir la creación partieron de tres preguntas: ¿de dónde venimos?, ¿quiénes somos? y ¿hacia dónde vamos?
Como resultado, plasman a decenas de mujeres a través de varias técnicas, como el fotomural. Mujeres de pelo corto y largo, suelto, con algún peinado o trenzado, con aretes y sin ellos, algunas con collares o gargantillas, otras con trajes tipo sastre, vestidos o huipiles, con mascadas y pañuelos verdes u otra prenda en tono morado.
Mujeres que son parte de la historia política de la entidad y del país, y que poco o nada se dice de ellas, así como aquellas que no necesariamente destacaron en el ámbito público; naturalmente, están las víctimas de feminicidio o de desaparición.
Incluso, en la obra está contemplado el mito prehispánico del maíz, reivindicando el papel de la mujer en él, explicaron las estudiantes a Universo. Sistema de noticias de la UV, mientras desarrollaban una de sus jornadas de trabajo.
Éstas van de las nueve de noche a las cuatro de la madrugada, con el propósito de no complicar la movilidad vial y tampoco arriesgar su integridad. Noches y madrugadas en las que acuden a acompañarlas y apoyarlas otras jóvenes, sociedad en general, incluso familiares de víctimas, quienes se integran ya sea a la creación de la obra, preparar los muros, documentar con audio o video, entre otras actividades.
Tales no son las únicas muestras de apoyo de la sociedad xalapeña: desde el inicio de su jornada, llegan en donación pizzas, pan, café, frutas u otros alimentos. Incluso, en redes sociales circulan videos donde se aprecia música en vivo, de jóvenes que se solidarizan con su quehacer.
Las mariposas, el inicio
El 25 de noviembre de 2020, en una conmemoración más del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Colectiva Unidas se manifestó con 75 mariposas moradas en técnica de fotomural, representando así el número de feminicidios registrados hasta ese momento en la entidad.
En esa fecha, pero de 1960, fueron asesinadas las hermanas Patricia, Minerva y María Teresa Mirabal, en República Dominicana, llamadas “Las mariposas”, de ahí el motivo artístico, explicó María Teresa González. “Nosotras lo hicimos un poco en secreto. De hecho, no lo compartimos en redes ni nada, lo hicimos sólo para acompañar la marcha”.
En un comunicado emitido por el Ayuntamiento de Xalapa, la directora del Instituto Municipal de las Mujeres, Yadira Hidalgo González, expuso que dichas obras se perdieron el mismo día más tarde, por lo que el Instituto “realizó las gestiones necesarias ante las autoridades municipales y estatales para que fuesen ellas mismas quienes intervinieran el viaducto”.
En dicha publicación oficial, titulada Intervención artística en el viaducto contará desarrollo del feminismo en Veracruz, se especificó, entre otros puntos, que se trata de un trabajo interinstitucional en el que el Ayuntamiento apoya con la gestión de iluminación, seguridad y algunos materiales; el Gobierno del Estado, con la coordinación del tránsito en la zona, y el Organismo Público Local Electoral (OPLE), entre otros participantes, con la donación de pintura e insumos.
“Nosotras quisimos combinar mujeres de la vida cotidiana con personalidades que quizá, en su momento, no se consideraron feministas pero que han sido importantes para la lucha y lo que somos ahora; por ejemplo, están algunas de las primeras presidentas municipales de Veracruz, una de ellas era indígena (son datos que nos proporcionó el OPLE y que desconocíamos)”, añadió María Teresa.
La también estudiante de la Facultad de Letras Españolas especificó los nombres de algunas de las mujeres de la obra: la periodista, feminista y activista Esperanza Brito; la arqueóloga Eulalia Guzmán; a petición suya, por haber sido su maestra, la escritora y académica de la UV, Esther Hernández Palacio; la pintora María Izquierdo y la artista polifacética María Dolores Velázquez Rivas “Lola Cueto”.
Asimismo: Gelasia Ceballos Gómez, primera mujer presidenta municipal en el estado, indígena popoluca nacida en Sayula de Alemán y donde ejerció tal cargo gubernamental; Amelia Cerecedo Castillo, segunda presidenta en la entidad y primera de Teocelo; Sara García Iglesias, química farmacéutica, novelista y política, primera presidenta de Ozuluama, y Celeste Castillo Moreno, educadora, lideresa sindical y primera alcaldesa de Huatusco.
Una de las partes del mural la llaman “El árbol de la memoria”, que incluye, a manera de homenaje, los nombres de mujeres que fueron víctimas de feminicidio o desaparición.
María Teresa compartió que es la parte más complicada y a su vez “la más simbólica”, cuyo propósito es plasmar nombres para revertir esa idea de sólo citar cifras, pues “fueron mujeres y tienen una historia”. Es más, “eso engloba mucho del título del mural: Históricas, porque son tanto las mujeres de la vida cotidiana como nuestra ascendencia, las que estuvieron antes que nosotras, como las que ya no están”.
En “El árbol de la memoria” están por ejemplo la periodista Regina Martínez, Angélica Landa García, “Angie”; además, en los círculos dibujados en las raíces del árbol la idea es que cada familia incluya un nombre, si así lo desea, y hasta el momento de la entrevista había hecho lo propio la de Mara Castilla Miranda, también víctima de feminicidio.
La universitaria aclaró que son conscientes de que no hay un solo feminismo, sino varios, y que ellas no pueden representarlos a todos, pero están en el intento de hacer lo más que pueden, desde el arte.
Por su parte, Ivania Smith compartió que, por un lado, en la FAP siempre trabajan en hacer intervenciones fuera de la Universidad, “que el arte que se hace en la escuela salga a las calles”; por otro, recordó que a lo largo de la historia las mujeres no han sobresalido en la historia del arte y eso también se refleja en la FAP, pues son más hombres que mujeres los que ingresan.
Un mensaje de Ivania a las mujeres que son parte de la UV es que se desarrollen y aprovechen las herramientas que da la institución y otras instancias. “El hecho de que seas mujer no significa que tu trabajo valga menos y creo que es muy importante, que empecemos a reconocer que somos valiosas, importantes, muy inteligentes, capaces y seres que también venimos a aprender, equivocarnos y desarrollarnos”.
En tanto, Andrea Lira expresó la carga emocional que ha significado para ellas el pintar, por ejemplo a Angie, víctima de feminicidio; asimismo, le gusta pensar que están haciendo algo bueno y que las familias de las víctimas están satisfechas, porque “de alguna manera no se están olvidando de sus muertas”.
Además, expresó física y corporalmente una felicidad por apropiarse de un espacio público tan emblemático para la ciudad y sobre todo para el feminismo, lo cual calificó como un parteaguas para más proyectos de este tipo.
“Siempre aquí se llena de pintas, se grita y todo, por eso fue nuestra idea que las pintas del pasado 8 de marzo (conmemoración del Día Internacional de la Mujer) se conservaran, porque siempre las borraban. Entonces, el mural es una excusa para que todas las voces que están aquí se escuchen y se queden lo que dure el mural.”
Con Históricas hacen historia
Académicas de la UV, con base en sus líneas de investigación, hablaron de la trascendencia de Históricas. Estela Casados, adscrita a la Facultad de Antropología y coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias Contra las Mujeres (OUVMujeres), desde donde ha mostrado apoyo y acompañamiento a esta iniciativa, expuso varios puntos que han llamado su atención, uno de ellos es que ha logrado concentrar el propósito de visibilizar a las mujeres en un espacio público de la ciudad.
“Mujeres que han trabajado desde las instituciones a lo largo de la historia para darnos derecho al voto, a una vida libre de violencia y, al mismo tiempo, la ruta que ese trabajo va siguiendo. Asimismo, concentra la necesidad de visibilizar los grandes problemas que están aconteciendo ahora en materia de violencias hacia las mujeres.”
Destacó también que esta iniciativa ha logrado concentrar a su alrededor el apoyo y acompañamiento de diferentes sectores de la población: “Ellas visibilizan un tema de suyo sumamente importante y al mismo tiempo la gente responde a ese llamado”. Pero, además, es un espacio de confluencia de feministas de la sociedad civil y de las que están en puestos clave en instituciones. “Nos habla de esos puntos en coincidencia que podemos tener las feministas”.
Harmida Rubio Gutiérrez, académica de la Facultad de Arquitectura y titular de la Coordinación de Equidad y Género en dicha entidad, expuso que en general las ciudades se han creado desde un enfoque patriarcal y no ofrecen una representación urbana a las mujeres, de una manera digna y real, sino que reproducen estereotipos. Además, en nombres de calles, monumentos y gráfica urbana, “las mujeres estamos ausentes”.
En ese contexto, destacó que Históricas “es un parteaguas y un hito importante para el movimiento feminista y para la representación de las mujeres en la ciudad”.
En su opinión, no solamente impactará positivamente en Xalapa, para crear consciencia y que la ciudadanía entienda de qué se trata el movimiento feminista, sino que también puede tener una repercusión nacional e incluso internacional.
Gladys Villegas Morales, académica de la FAP y del Centro de Estudios de Género, expuso cuestiones que, a su parecer, son relevantes: lo están realizando chicas jóvenes estudiantes de artes, es decir, “ellas han sido validadas como creadoras, aún en ciernes, pero con las herramientas para llevar adelante un proyecto significativo”.
Una más, es que lo realizan con una técnica, el mural, “históricamente considerada una práctica más de hombres que de mujeres, aunque mujeres muralistas ha habido y sigue habiendo”.
La tercera cuestión que expuso fue que las jóvenes creadoras se asumen feministas, por lo que el tema que abordan es el reconocimiento de un linaje femenino, “lo cual es importante, toda vez que las mujeres hemos sido huérfanas sociales y culturales”.
Para ella, “nombrar, reconocer y validar el legado de las mujeres que nos antecedieron, contribuye a la conformación de nuestra genealogía femenina”.
Es más, consideró que “el texto, pretexto, contexto y título que ellas escogieron se conjuga perfectamente con la realización del mural, un hecho histórico, por lo que Históricas simboliza la recuperación de nuestras memorias, la apropiación del espacio público, la validación de la creación femenina y el auge del movimiento feminista”.
Del tema también reflexionó la investigadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC), Elissa Rashkin, entre cuyos intereses de investigación está la historia cultural veracruzana y mexicana. Para ella, Históricas desata reflexiones desde muchos ángulos distintos, pero entre ellos la hace pensar en los muralistas del temprano siglo XX, convocados por José Vasconcelos a pintar la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México.
“También fueron estudiantes, aunque varones, y también tuvieron que aprender sobre la marcha qué es pintar un mural, o sea, una superficie de gran extensión y con requerimientos espaciales –de proporciones y perspectivas– muy distintos de la pintura de caballete.”
Para ella, lo interesante ahora es que son jóvenes mujeres, convocadas y apoyadas por otras mujeres –en el gobierno local y en la Universidad–, y también por hombres, que no tendría por qué ser novedoso, pero lo es.
La académica, con base en el libro de Melchor Peredo, Xalapa, reducto de la revolución muralista mexicana (Ivec, 2015), dijo que hay pocas pintoras en la cronología del muralismo local: Leticia Tarragó pintó en 1964 un edificio que era del Instituto Nacional de Protección a la Infancia, mientras Sophie Leportier y Elsa Beverido pintaron en el Jardín de Niños “Bertha von Glümer” en 1975.
“Ya muchas décadas después, el Colectivo Unidas pinta en un espacio que no se relaciona con la infancia, y es un espacio propiamente público, aunque limitado al tráfico de automóviles, excepto cuando está cerrado a coches para alguna manifestación política, como las marchas feministas que son el antecedente inmediato del proyecto, y en que las artistas del colectivo han participado con obras comprometidas política y estéticamente a la vez.”
Aclaró que de mujeres grafiteras seguramente hay obra en diversos sitios de la ciudad, por eso “aquí hablamos de una comisión oficial, parte de una práctica artística mexicana posrevolucionaria, multidimensional, que ahora es centenaria; y mientras los resultados son todavía para ver, considero que es de celebrar la participación de mujeres artistas en este palimpsesto que es el espacio público xalapeño, así como la conmemoración histórica de mujeres veracruzanas en la obra”.