INAH concluye conservación de milenarias banquetas halladas en obras del Tren Maya
Como parte de las acciones de salvamento arqueológico que acompañaron las obras de construcción del Tren Maya, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) finalizó las tareas de estabilización y liberación de dos milenarias banquetas de estuco modelado y policromado, halladas en el frente 2 del Tramo 7, el cual va Chetumal, en Quintana Roo, a Escárcega, en Campeche.
El hallazgo del par de elementos arquitectónicos se registró el 18 de diciembre de 2023, a 73 kilómetros de Chetumal, durante excavaciones realizadas a un costado del camino de acceso al pueblo de Tres Garantías y cerca de la Zona Arqueológica de Chakanbakán; específicamente, se ubicaron al interior del monumento denominado T7_35070, el cual corresponde al periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.).
Al respecto, el coordinador del Área de Conservación del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya, Felix Camacho Zamora, informó que el conjunto consta de dos banquetas, las cuales fueron removidas del lugar para intervenirlas en el Laboratorio de Restauración de Chetumal, y se determinó que su estado de conservación era de regular a malo, derivado de deterioros generados por la recristalización de sales en superficie, pérdidas volumétricas y cromáticas, y erosión.
⇒ Algunos elementos de estuco modelado presentaban riesgo de desprendimiento, por lo que se les aplicó un ribete de protección e inyecciones de lechadas de cal para devolverles firmeza.
“El objetivo fue garantizar la estabilidad de los elementos del monumento, el cual está conformado por un basamento con tres cuerpos superiores que, de acuerdo con un estudio de estratigrafía, se determinó que contaba con cuatro etapas constructivas”, puntualizó Camacho Zamora.
La remoción de las banquetas, detalló la restauradora encargada de las tareas de conservación in situ del Frente 2, Karla Mora Yerena, se realizó de manera mecánica y manual, desmontando cada elemento de manera individual, lo que permitió su embalaje, con tres niveles de protección, para su traslado al laboratorio.
La primera estructura, hallada en el cuarto central del monumento, especificó, es lineal y tiene 15 elementos decorativos distribuidos consecutivamente, los cuales corresponden a tres columnillas con diseño de trenzado, entre las que se ubica una columnilla lisa en color rojo y una placa con alto relieve en la que resalta una figura antropomorfa.
Dicha distribución, abundó, se repite a lo largo de la banqueta, de 3 metros de longitud, aproximadamente, en dirección sur a norte. Cada columnilla mide alrededor de 50 centímetros de largo, 18 de ancho y 20 de espesor, mientras que las figurillas tienen 55 centímetros de largo, 30 de ancho y 23 de espesor.
“Los personajes antropomorfos están en posición erguida, con las manos sobre el pecho; dos de ellos en color ocre y el otro en rojo; portan taparrabos y en la parte superior resalta una vestimenta que les cubre los hombros, parte del pecho y los brazos; en las extremidades superiores se distinguen algunas figuras geométricas en color negro, que simulan un tipo de tejido; se cree que podrían estar asociados a rituales funerarios”, puntualizó Mora Yerena.
La segunda banqueta, en forma de “L”, apuntó, mide 1.80 metros del lado sur, y 2.27 metros del ala este; consta de 11 sillares rectangulares, careados con restos de estuco policromado rojo, los cuales tienen 54 centímetros de largo, por 36 de ancho y 17 de espesor.
Los trabajos de conservación, apuntó Felix Camacho, continuarán en el laboratorio, donde, al finalizar los análisis cerámicos e iconográficos, se determinará con mayor precisión el estilo arquitectónico de las estructuras, su simbología y temporalidad. Una vez acabada la restauración, se espera que las banquetas puedan ser exhibidas en algún museo, mientras que el monumento será reubicado en su totalidad, para su preservación.