La Antigua Roma, pulquería con más de un siglo

México/Notimex. El maguey o el “árbol de las maravillas” es un agave que tuvo gran relevancia en las sociedades que se desarrollaron en Mesoamérica y Oasisamérica. De acuerdo a las crónicas y códices del siglo XVI, como el Laud, antes de la invasión europea, en la Cuenca de México el consumo del pulque era sólo para venerar a los dioses, para los ancianos, los enfermos, las mujeres recién paridas y los hombres que realizaban trabajos pesados.
     

En la época colonial, este agave llamado “árbol de las maravillas”, perdió su carácter ritual y exclusivo y se popularizó, con lo que se dio paso una industria dedicada a la producción de pulque a través de las haciendas, principalmente, en los estados de México, Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz y Puebla; en el siglo XX, su consumo disminuyó notablemente debido a mala publicidad que le hizo la industria de la cerveza.
     

Sin embargo, la importancia del pulque no está muerta. Hoy en pleno 2020, existen pulquerías tradicionales y nuevas que están revitalizando esta bebida milenaria, entre las nuevas generaciones. Una de estas pulquerías viejas es La Antigua Roma, espacio que tiene más de 100 años y se ubica en República de Perú 38, esquina con Ignacio Allende, en el Centro Histórico.
     

El dueño, Jorge López, relata en charla con Notimex que él es “la cuarta generación atendiendo este negocio, lo inició una familia a la que le decían ‘los toros’ porque les gustaba mucho la fiesta brava; el pulque me lo traen de un pueblo de Tlaxcala; nos visitan gente adulta, muchos chavos y chavas; platican, ríen y bailan”.
     

“Antes no dejaban entrar a las mujeres, acá puro hombre podía entrar; si la autoridad veía a una mujer adentro de la pulquería, era una multa muy grande o incluso la clausura; por eso existe “el departamento de damas”; en actualidad, entran todos… Aquí han venido a beber su pulque luchadores como ‘Ray Mendoza’, ‘El Negro Casas’ o los boxeadores Lorenzo ‘Halimi’ Gutiérrez y “Kid Azteca”.
     

Jorge López comenta que en la pulquería La Antigua Roma, las nuevas generaciones mantienen vivo este negocio, no sólo porque en la rocola escuchan canciones de la Sonora Santanera, de José Alfredo Jiménez o Héctor Lavoe, “también porque los jóvenes van y vienen por uno, dos o tres litros de pulque; y así, esta pulquería puede dar alegría otros cien años”.

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