La familia, un modelo que abarca a la diversidad

México, 15 de julio/Notimex. La definición de familia, las maneras y las formas en las que viven las personas ha cambiado, existe una idea de que la tradicional es lo natural y un término construido socialmente que considera que todas las personas viven en estos modelos; sin embargo, una buena parte de la población en el mundo conforma diversos tipos de familia.

La especialista en antropología Isabela Oliveira explicó a Notimex que el concepto de modelos de familia cambia con el paso de la historia en términos de espacios, culturas y necesidades de convivencia, por lo que es necesario puntualizar en que no hay necesidad de la defensa hacia un solo modelo de familia.

En referencia a grupos de ultraderecha que defienden el modelo de familia tradicional como único, la académica originaria de Sao Paulo, Brasil, detalló que algunos de los mitos que impulsan este tipo de movimientos son referentes a la idea de que las personas en términos sociales pueden adoctrinar a otras a ser o a modificar sus inclinaciones sexuales e identidad de género.

Así, expuso que uno de los peligros de luchar por un solo modelo de familia invisibiliza otros tipos de modelos, que además, tienen la particularidad de ser los más vulnerables a la discriminación, como madres solteras e integrantes de la comunidad LGTB+ (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales y otras sexualidades no heterosexuales), por mencionar solo algunos.

«Un mito es pensar que la diversidad o el respeto a la diversidad abre la puerta para que los chicos se ‘pierdan’ en términos de identidad de género o de expresión de su sexualidad, pero yo pienso que la igualdad o la lucha por la igualdad de género es una lucha de la vida», se trata de evitar la existencia de más muertes por discriminación de género, orientación sexual y por violencias contra mujeres.

En entrevista, añadió que el respeto a las familias diversas no es una lucha por la dominación o por la pérdida de los valores tradicionales, pero sí una lucha para que las personas puedan mantenerse vivas, contra la violencia, contra la brutalidad, contra todo tipo de muertes y violencias.

No se trata de defender la pérdida de «valores» sino de garantizar derechos para todos los tipos de familia, que además en la actualidad superan a los modelos tradicionales; ello, derivaría en sociedades más inclusivas.

Existe una idea equivocada de que cuando unos grupos ganan derechos otros los pierden; sin embargo, al garantizar el acceso a los mismos para todas las personas, las sociedades ganan debido a que al ser más inclusivas, los indicadores de violencia y muertes por discriminación se reducen, «tenemos que entender que para construir una democracia se debe respetar la diversidad».

Oliveira añadió que no se trata de forzar a las familias a dejar el modelo tradicional, sino de que se acepte y respete la existencia de otras maneras de convivir, de otros modelos de familia, que además, al ser consideras permitirían la creación de espacios y políticas públicas para la atención de todas las personas.

Uno de los desafíos, no sólo en Brasil, sino en la región, dijo, consiste en el reconocimiento de derechos que se han ganado en materia de inclusión y respeto a la diversidad, así como buscar que ante la presión de estos grupos de ultraderecha no exista un retroceso en materia de acceso a derechos para todas las personas, sin importar en qué tipos de familia se desarrollen.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la familia es una estructura viva que se mueve con los cambios de la sociedad; a su vez, datos de la Encuesta Intercensal 2015 señalan que en México hay más de 31 millones de hogares.

De dicha proporción, 88.9 por ciento se conforman por individuos que guardan algún parentesco familiar denominados «hogares familiares», aunque 10.8 por ciento no guardan un vínculo sanguíneo.

Además, durante el periodo que va de 2010 a 2015, los hogares de tipo familiar registraron una disminución en su participación porcentual en el total de hogares: en 2010 era de 90.5 por ciento, mientras que en 2015 representó 88.9 por ciento.

Los hogares familiares se dividen en clases conformadas en relación con el parentesco que se tiene con el jefe o jefa del hogar, con lo que se forman los hogares nucleares, ampliados y compuestos; así, 69.7 por ciento de los hogares son nucleares, 27.9 por ciento ampliados y 1.0 por ciento compuestos en 2015.

Destaca que los cambios en la conformación de las familias aumentó la proporción de los hogares ampliados de 2010 a 2015 al pasar de 26.6 por ciento a 27.9 por ciento, en tanto que los nucleares disminuyeron de 70.9 por ciento a 69.7 por ciento en el mismo periodo.

El Inegi abundó que de acuerdo con el estudio Nuevas formas de familia, perspectivas nacionales e internacionales de la Unicef, diversos cambios demográficos influyen en la conformación de las familias, ello, tanto cuantitativa como cualitativamente, lo que deriva en una mayor pluralidad de modelos familiares.

Además, los roles de género, el retraso de la maternidad, el aumento de la cohabitación como inicio de la vida de pareja, uniones posteriores a la ruptura o divorcio, maternidades/paternidades sociales y biológicas, así como otros factores generan ajustes y reacomodos en las estructuras familiares y en la concepción de la misma.

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