La tenista bielorrusa, Aryna Sabalenka hace historia en Australia
Redacción Xalapa.- Aryna Sabalenka hizo historia en Australia. La tenista bielorrusa se llevó el título del «Grand Slam» después de imponerse por 4-6, 6-3 y 6-4 a Elena Rybakina, uniéndose a Victoria Azarenka como las campeonas de Bielorrusia en el Abierto. Sabalenka se ha ganado subir al puesto dos del ranking mundial.
En el primer grande, en 2017, se inició el desgobierno de la WTA que dura hasta hoy. Desde que Serena Williams ganó su último Open de Australia hace seis años ha habido 15 campeonas distintas. Y sólo han repetido triunfo Simona Halep, Ash Barty, Naomi Osaka e Iga Swiatek.
«Victoria, el orgullo de Bielorrusia». Así empezaba la carta de felicitación del presidente Alexander Lukashenko a Azarenka tras la consecución del primer título en su edición de 2012. Repetiría en 2013.
«La Patria te agradece tu gran logro, que quedará inscrito para siempre en la historia del deporte bielorruso», continuaba el político. Pasados 11 años, su otra deportista favorita hace poner orgulloso al dirigente en tiempos de guerra.
Sabalenka, en mitad del lío que significaron las últimas elecciones en Bielorrusia -millones de personas se manifestaban cada domingo en el año 2020 en contra de la reelección de Lukashenko- mostró públicamente su apoyo.
La final femenina había despertado menos expectación que la masculina. Había huecos sin llenar en la central de la capital de Victoria. A quien aplaudió y mucho el aficionado local fue a Barty, última campeona y que trajo el trofeo al centro de la pista.
Aryna, con un poco más de paciencia, se adelantó con un 4-1 en la continuación. Incluso dispuso de tres oportunidades para el 5-1 con 15-40 y ventaja al resto.
Firmó las tablas en el marcador gracias a su decimosegundo saque directo. Ganaba esa batalla a una adversaria que llegó a la final como líder de esa estadística con 45 aces.
Sabalenka estaba en línea ascendente y lo demostró fabricándose una bola de rotura en el quinto juego. Rybakina se agarraba a su saque en los momentos de máxima presión. Fue tantas veces el cántaro a la fuente que se rompió en favor de la bielorrusa.
Le costó cerrar la final por los nervios y porque Rybakina se puso en modo frontón. Salvó tres pelotas de partido la kazaja, con una doble falta, una derecha fuera y otro revés largo. Tuvo una bola de cinco iguales. Murió en la orilla.