Mantienen tradiciones en panteones con flores, comida y música
México/Notimex. Este viernes 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, el color naranja de la flor de cempasúchil cubrió como una alfombra los cementerios de la Ciudad de México, a fin de mostrar el camino para recibir a los que se adelantaron antes de cumplir la mayoría de edad.
«A mi hijo le gustaban muchas comidas, pero hoy le traje fruta, agua y las máscaras de sus luchadores favoritos», expresó Karina, la madre del menor que falleció hace seis años en un accidente fuera de la ciudad.
«Hoy es más como para venir a traerle cosas que lo hagan feliz, yo vengo feliz, hoy es más como una fiesta, yo creo porque es el día de los niños, de los jovencitos», dijo mientras su hermana limpiaba la tumba en el Panteón San José.
A unos metros destacaba el olor a sopes recién hechos, y es que una familia grande se abría paso entre los pasillos con varias charolas de antojitos mexicanos.
«Son para nuestra hija, a ella le gustaban, entonces le ponemos unos de manera simbólica y los otros los compartimos entre nosotros, venimos varios», dijo Raquel, quien cargaba una de las charolas.
A la entrada muchos se aglutinaban para llevar agua en cubetas por 10 pesos, así como barrer y limpiar las tumbas por 30, personas que son contratadas en las horas de mayor calor y principalmente solicitadas por quienes acuden solas o por mayores de edad.
Ante la gran cantidad de visitantes en las festividades de Día de Muertos, los botes de basura se vieron rebasados y los pasillos mantenían montañas de flores secas, hierba y basura que eran recogidas espaciadamente.
«Desde un día antes nos ponemos a limpiar, a dejar todo bien para hoy y para mañana (sábado), pero rápido se llena, en menos de una hora ya está otra vez así”, dijo un empleado del panteón, quien aseguró que como cada año el día de mayor afluencia es el 2 de noviembre.
A las afueras de la mayor parte de los cementerios de la Ciudad de México se colocaron puestos de comida, flores, pan de muerto, globos, incienso y veladoras, acompañados de breves segmentos de música que grupos y mariachis entonan para ser contratados por los visitantes.