Mitos y realidades: las inversiones en acciones son para grandes inversionistas y siempre se pierde dinero

Cuando hablamos de inversiones una de las formas más conocidas y populares es hacerlo a través de la Bolsa de Valores. Sin embargo, existen muchas ideas equivocadas o lejanas sobre lo que en realidad implica esta práctica. Por esta razón, los expertos de Inversiones SURA comparten algunos de los mitos y realidades más comunes a la hora de invertir en Bolsa.

Consideraciones antes de invertir

Hablando de inversiones en Bolsa o lo que es lo mismo, en renta variable, existen algunos factores que se deben tomar en cuenta.

Primero. Hay un dicho popular que dice que en renta variable se debe invertir aquello que no vas a usar en el corto o mediano plazo. Es decir, las inversiones en los mercados accionarios suelen dar los mejores frutos en el largo plazo, por lo tanto, es fundamental no invertir aquellos recursos que se van a necesitar para objetivos cercanos pues nos podemos llevar sorpresas poco favorables.

Segundo. Resulta vital diversificar entre regiones, países, sectores y divisas, ya que altos niveles de concentración por lo general traen efectos negativos, sobre todo si la concentración se da en un puñado de acciones o peor aún en una sola.

Tercero. Considerar en todo momento los niveles máximos de exposición a renta variable que se desea tener, en términos generales a mayor exposición en mercados accionarios mayor será el retorno esperado, pero también la volatilidad asociada. El porcentaje que se debe tener en acciones dentro de una cartera depende completamente del perfil de inversionista que se tenga -fluctuación del capital invertido-.

Cuarto. Lo más importante es la paciencia y evitar tomar decisiones irracionales o precipitadas en momentos de crisis, en esos momentos es cuando la calma debe prevalecer.

La forma más sencilla de ejemplificar una inversión en acciones sería la compra de un bien inmueble, ya que rara vez se mide todos los días en cuánto está valuado en el mercado dicho bien; generalmente se compra para cobrar las rentas y obtener plusvalía en el largo plazo. De igual forma, los mercados de renta variable tienen ciclos, así como la economía, por lo que vender en el peor punto del ciclo no es una estrategia, como tampoco lo es comprar en el mejor momento del ciclo.

Quinto. Si uno aspira a vencer la inflación personal -alza de precios sostenida en período de tiempo de los bienes y servicios que realmente consumimos- la única forma de aproximarse es teniendo un porcentaje de renta variable dentro de los portafolios, ya que de otra forma lo único seguro es que invirtiendo en instrumentos que se consideran de muy bajo riesgo se está perdiendo poder adquisitivo.

Sexto. El porcentaje que se debe tener en acciones dentro de una cartera depende completamente del perfil de inversionista que se tenga.

¿Cómo invertir en mercados accionarios?

El viejo paradigma de que las inversiones en bolsa son para los millonarios ha quedado en el siglo pasado. En estos tiempos se puede acceder a una diversidad de inversiones vinculadas a los mercados de renta variable local e internacional desde cantidades relativamente pequeñas. La democratización en el mundo de las inversiones ha llegado para quedarse, por lo que cada vez se tiene un acceso más fácil, amplio y rápido al mundo de las inversiones.

Es importante señalar que las inversiones tradicionalmente consideradas como más seguras, en el tiempo, no tienen los mejores rendimientos. Así que, si se tienen objetivos de largo plazo y se pretende aspirar a mejores rendimientos, lo mejor es invertir una parte del patrimonio en acciones. En caso de no hacerlo, lo único seguro es que se pierda poder adquisitivo, es decir, al paso del tiempo no alcanzará para comprar ni siquiera los mismos bienes y servicios que se pueden comprar el día de hoy. Si se busca generar riqueza es hora de invertir de otra manera y dejar de hacerlo única y exclusivamente en opciones que se denominan como seguras.

En el caso de las empresas es más complejo, porque tiene que ver con los objetivos financieros y la planeación estratégica de la empresa, ya que éstas no están diseñadas para generar rendimientos con base en sus inversiones en acciones de otras compañías. Las empresas deben generar rendimientos para sus accionistas con base en sus negocios principales y los excedentes que pueden tener temporalmente podrían utilizarse en inversiones de capital que hagan perdurable a la empresa.

Tres grandes mitos sobre las inversiones en acciones.

Parece inverosímil que en pleno siglo XXI aún hay personas que guardan en su acervo paradigmas tan añejos que les impiden hacer un mejor manejo de sus ahorros en materia de inversiones. Es importante olvidar los temores hacia los mercados financieros de generaciones anteriores y buscar asesoría experta.

Mito 1: Los mercados accionarios se reservan el derecho de admisión, es decir, sólo son para grandes inversionistas.

Actualmente quien sostenga un argumento de este tipo es porque le gusta dejar de ganar dinero. Los servicios financieros para invertir se han democratizado de tal suerte que, desde hace muchos años, las inversiones en acciones están al alcance de cualquier persona que así lo quiera. Abrir un contrato de inversión es más accesible y fácil que nunca. Deja los pretextos y mejora tu relación con el dinero, no le tengas miedo a ganar más arriesgando un poco.

Mito 2: La falacia del dinero gratis. Me haré rico o pobre en la bolsa. Generalmente la gente que ha perdido todo su patrimonio en la Bolsa es porque especula y hace apuestas, es decir, intenta hacerse rico de la noche a la mañana concentrando todo su patrimonio en una sola idea, con lo que su riesgo se incrementa de forma considerable. La gente que suele hacer mucho dinero invirtiendo en puras acciones suele tener algunas características en común: disciplina, evita tomar decisiones con el estómago y por encima de todo paciencia.

La bolsa no es para hacerse rico de la noche a la mañana, es para invertir en empresas de las cuales me vuelvo socio y por ende deseo que mi patrimonio crezca con ellas. Olvídate si tu abuelito o algún tío perdió todo su dinero en 1987 o alguna persona cercana se quedó sin nada en el 2008. Podemos decir que estas personas no invirtieron de forma diversificada; probablemente se precipitaron a tomar pérdidas -vender en el peor momento- y pusieron dinero en la bolsa que necesitaban para el corto plazo.

Mito 3: De la percepción del riesgo. Invertir en acciones es muy riesgoso, vas a perder todo tu dinero.

Como todo en la vida, invertir en acciones conlleva riesgos, pero no es como ir a un casino que es lo que muchas personas siguen pensando. Invertir en acciones no es un juego de azar, es ser socio de una compañía, es decir, invierto en el negocio de la empresa y las perspectivas de crecimiento que ésta tiene para el largo plazo.

En 2001 cuando ocurrió el ataque terrorista a las Torres Gemelas en Estados Unidos, muchas personas dejaron de viajar en avión por el temor de otro ataque y viajaron por carretera ignorando que por definición la probabilidad de tener un accidente carretero es más elevada que un ataque terrorista en avión.

El riesgo tiene que ver mucho con la percepción. Si observo un período corto en un momento de crisis del mercado es probable que me asuste y sienta que las acciones no son para mí, pero si amplío mi visión y además me acerco a los expertos, puedo cambiar mi percepción y aprender a beneficiarme del mercado en el largo plazo.

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