Regina Montes/Xalapa.- La secretaria técnica del Sistema Municipal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) en Xalapa, Mercy Esther Pérez Arévalo dio a conocer que desde 2019 a la fecha, se ha logrado que 13 niñas y niños que trabajaban en situación de calle en Xalapa dejaran de estar en esa condición y les fueran restituidos sus derechos.
Explicó que muchos de los menores que se observan en trabajo en la vía pública en la ciudad provienen de otros municipios cercanos.Precisó que, en 2019, en promedio se tuvieron 209 niñas y niños en trabajo de calle de 78 familias, pero se logró que cinco dejaran de estar laborando porque se cubrieron todas las condiciones para poder decir “ya no es necesario que el niño me acompañe a trabajar o que esté conmigo”.
Además, algunos de esos casos se canalizaron para la atención jurídica en el caso de que hubiera una omisión de cuidados grave.
Explicó que el 2020 hubo una disminución en los primeros meses de la pandemia por el confinamiento, pero a partir de agosto, se incrementó y se detectaron cerca de 262 menores en calles de 102 familias, con quienes se tuvieron mil 476 intervenciones como charlas, gestiones, atenciones médicas, en salud, en alimentación, entre otras. Ese año, siete niñas y niños dejaron de estar en la calle trabajando.
En lo que va de este 2021, se tienen contabilizados 173 niños y niñas de calle de 81 familias, y se ha logrado que una menor, deje de trabajar, “y hay pendiente el trabajo con por lo menos con tres familias que tienen bastantes niños”.
“Esa es la realidad; Xalapa ha impulsado acciones de restitución de derechos con una mirada no criminalizante, muchos de estos niños no viven en Xalapa sino en municipios cercanos como Banderilla, Coatepec, Xico. Son niños que trabajan vendiendo en las calles o acompañando a sus familiares a vender en el trabajo generalmente informal y en los cruceros”, abundó.
Agregó que la pandemia por Covid-19 ha generado una serie de condiciones más complicadas para esas infancias; sin embargo, enfatizó que esta es la primera vez que se cuenta con una estrategia formal y un programa dedicado exclusivamente al trabajo de la restitución de los derechos vulnerados de niñas y niños que tienen que trabajar ayudando a sus familias o que son expulsados a laborar.