Palaperos de playa Villa Rica: los peores seis meses por pandemia de COVID-19
Juan David Castilla. Xalapa. Ana y Rodolfo viven a la orilla de la playa Villa Rica, municipio de Actopan. Son propietarios de una palapa, donde ofrecen pescados, mariscos, refresco, cerveza y rentan mesas con sillas a los turistas.
Desde que iniciaron los contagios de SARS-COV-2 (COVID-19) en la entidad veracruzana, a finales de marzo pasado, casi no han tenido clientes.
Los pequeños empresarios registraron pérdidas de casi el 100 por ciento, sobre todo en los primeros meses de la pandemia.
Antes de la emergencia sanitaria, recibían a gente de Alemania, España, Brasil, Francia y de distintos puntos de la entidad o del país.
Sin embargo, vislumbran un panorama aún más desalentador, debido a que continúan los contagios de coronavirus en la entidad y el estado retrocedió en el semáforo epidemiológico de amarillo a naranja.
La playa estuvo cerrada varios meses para evitar aglomeraciones y la propagación de la enfermedad.
Nunca antes se habían visto afectados económicamente como en este año por la crisis sanitaria.
Ana menciona que aunque su familia se estuvo cuidando para evitar un contagio, sobre todo para proteger a su suegra que padece diabetes, al pueblo han llegado proveedores que provienen de lugares donde han sido numerosos los casos positivos de COVID-19.
“Nosotros no estuvimos rentando la palapa, por miedo a contagiarnos, ya las rentamos hasta después”.
La entrevistada considera que podría perderse totalmente el turismo en la playa Villa Rica, no solo por la pandemia, sino también, por una escollera que es construida para evitar que el mar continúe creciendo y derribando palapas.
Afortunadamente, nadie de su familia ha presentado síntomas de coronavirus; sin embargo, continúan aplicando medidas como la sana distancia, uso de cubrebocas y gel antibacterial, para evitar contagios.