Prefiero estar ocupado, que no hacer nada y esperar la muerte: diabético
Juan David Castilla Arcos. Xalapa, Ver., 12 de noviembre de 2018. “Tengo que estar haciendo algo para no estar pensando que estoy enfermo. Si siempre estuviera pensando eso, ya me hubiera muerto”, son las palabras de Miguel Ángel Peña Mávil, a quien le diagnosticaron diabetes hace 20 años.
Desde entonces, los médicos le advirtieron que en cualquier momento podría darle un paro cardíaco o una trombosis.
El señor de 81 años no debe estar solo; sin embargo, todos los días bolea zapatos afuera de un hotel xalapeño, ubicado en la calle Ignacio Zaragoza, para poder comprarse algo de comer y sobrevivir.
Tuvo cinco hijas y una esposa que lo abandonaron desde hace años. La mayor, lo dio de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para que atendieran su salud y lo dotaran de los medicamentos necesarios. Pero lo visita sólo una vez al mes.
“Don Migue” es betunero desde 1983, en dicho punto de la ciudad, donde, en la actualidad, cobra solo 20 pesos por sacarle brillo a los zapatos de sus clientes. Pero no siempre hay trabajo; en las últimas semanas solo ha hecho dos boleadas.
El padecimiento le ha robado gradualmente la movilidad de sus piernas.
Camina con dificultad. Además, perdió la audición de su oído izquierdo por el envejecimiento, situación que también atrofió su equilibrio.
Porta un aparato auditivo que lo ayuda a caminar con normalidad y no como un borracho que ha ingerido bebidas alcohólicas sin medida. Y es que también padece constantes mareos que casi lo hacen azotar con el piso.
Peña Mávil toma medicamentos para controlar su presión arterial, la glucosa y los calambres en sus piernas, mismos que le impiden subir escalones o caminar una distancia prolongada.
El señor pide al gobierno que lo apoye con una pensión para ayudarse con el pago de su renta.
Cabe recordar que cada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes. Se escogió esa fecha porque se relaciona con el descubrimiento de la insulina.
