Recomendaciones literarias de la semana (+Fotos)

Juan Carlos Castellanos C. (Especial). México, 09 de marzo/Notimex. Crónica personal, de Joseph Conrad. Siendo este autor un innovador de la prosa inglesa, no podía ofrecer a sus lectores del mundo una autobiografía convencional. Publicada por primera vez como una serie en The English Review (1908), bajo el título Algunas reminiscencias, el volumen rememora anécdotas representativas.

Y lo hace apelando a las “dos vidas” de su autor: Cómo fue la que dedicó al mar y cómo fue que ésta lo condujo a la de escritor. A través de estas páginas se plasman impresiones de sus viajes por Europa, África y Asia, recuerdos familiares, dificultades e inspiraciones en la creación de sus escritos, y vivencias relacionadas con su crecimiento profesional.

El estilo es pulcro; el tono, íntimo, y los acontecimientos se presentan de forma peculiar. La edición incluye el Prefacio familiar, elaborado para la primera publicación del libro como tal (1912), y la nota que Conrad agregó en 1919 para aclarar comentarios acerca de su preferencia por el inglés como lengua literaria y de las influencias raciales en su obra.

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Novelas ejemplares, de Miguel de Cervantes Saavedra (Tres volúmenes). El genial autor escribió esta obra (publicadas originalmente bajo el título Novelas ejemplares de honestísimo entretenimiento) entre 1590 y 1612. Con su publicación en 1613 introdujo en España el relato corto al estilo italiano, inspirado en un modelo ya muy establecido.

Es decir, el modelo de la novella, que en italiano significaba “cuento” o “relato breve”, adaptándolo a ambientes y personajes locales. La denominación de “ejemplares” hace referencia no sólo al carácter didáctico y moral de algunos de los relatos, sino que alude también a la importancia de estas novelas en cuanto a su enorme aportación literaria.

En estas 12 novelas se reconocen rasgos que caracterizan el arte de Cervantes, como la creación de estructuras narrativas inéditas, la voluntad de enlazar las enseñanzas morales, el entretenimiento y humor, y la presencia de temas cervantinos por excelencia, como la sabiduría, la locura, el amor y la honra. Esta nueva edición reúne la esencia de ese autor.

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Anecdotario de forasteros en México. Siglos XVI-XXI, de José N. Iturriaga, reúne las percepciones de un centenar de extranjeros acerca de este país, entre virreyes, médicos, violinistas, antropólogos, novelistas, guerrilleros y hasta piratas que han visitado estas tierras y han tenido algo que decir al respecto, ya sea aquí mismo o al regresar a casa.

Sus opiniones y experiencias, recuperadas y presentadas en un tono ligero por Iturriaga, llevan al lector a viajar con ellos por el México de antes, que en muchos sentidos es aún el de ahora. Escritos del siglo XVI a la fecha, extractos de cartas, diarios, advertimientos y libros de forasteros, dan cuenta del modo en que México ha cambiado con el tiempo.

Aunque las opiniones no siempre sean acertadas, el catálogo que va desde lo encomiable hasta lo vergonzoso invita a reconocernos en los ojos de otros y, con ello, a saber más de nosotros mismos y a valorar lo propio. Esta tercera parte de una serie de publicaciones relacionadas incluye autores cuyas letras hacen una sola pregunta: ¿Qué es lo mexicano?

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La fiesta de jardín y otros cuentos, de Katherine Mansfield. Esta es la obra cumbre de la autora, una de las más grandes representantes del relato corto. Obras cautivadoras y cortas se reúnen en esta entrega, y aunque se encuentran enmarcadas en lo cotidiano, en el día a día deslumbran con luz propia por su innegable candor e indiscutible naturalidad.

Apenas como un asomo, sin mayor afán que el deleite, la delicada escritura y penetrante visión de su autora ofrecen una perspectiva muy distinta de los episodios más sencillos y comunes. Si bien los relatos se ubican a principios del siglo XX, como evocación de la juventud de Mansfield, el lector es encantado por los ricos detalles de sus descripciones.

La narrativa de Mansfield, la única de la que Virginia Woolf dijo sentirse celosa, tiene una sencilla procedencia. En una carta de 1922 dirigida a Sarah Gertrude Millin, afirmó: “Creo que la única forma de vivir como escritora es tomar como base la verdadera vida familiar de una misma. Para encontrar el tesoro que ahí se halla…”. Así lo hizo y triunfó.

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Entrega insensata. Cartas a la deriva, de Xavier Velasco, explica que componer una carta es consumar un acto de intimidad. Cuando se escribe se puede hablar demasiado, pues una sola línea descuidada puede contar cualquier cosa, como el amor, la aventura, el rencor, o hasta alguna amargura; palabras desnudas que sienten alivio al ser liberadas.

El gusto de escribir cartas es algo que siempre ha tenido Velasco, desahogo que logró liberar en este ramillete de 25 misivas a la deriva que son como venas abiertas, atentas a la complicidad del lector, en las que va de lo mordaz a lo entrañable, pasando por la palabra de amor adolescente, el ajuste de cuentas y la declaración de genes y principios.

El autor se da tiempo de hablar sobre temas que lo han obsesionado, como la hipocresía, la escritura y el amor. Así, escribe cartas a personajes adorables, desde José José, Linda Ronstadt, Xavier López Chabelo, Irma Serrano La Tigresa, Sergio Andrade, Manu Chao y Enrique Serna, hasta a su abuela Celia, su mamá Alicia o su perro Don Vittorio.

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