Revelan textos extraviados de Sor Juana Inés de la Cruz
México, 16 de abril/Notimex. El Caracol y una serie de manuscritos que envió a la virreina María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, su protectora, forman parte de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz que están perdidas, aseguró Jorge Gutiérrez Reyna, maestro en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entrevistado a propósito del 322 aniversario de la también llamada Decima Musa, el estudioso de la vida y obra de ésta, señaló que representan dos textos de gran valor para la literatura novohispana, de los que no se tiene conocimiento.
En el caso de El Caracol, comentó que es un tratado musical con el que Sor Juana buscaba enseñar música a las novicias del exconvento de San Jerónimo, actual sede de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ) y del que se desconoce su paradero.
“En esa obra la poetisa buscaba simplificar los métodos que existían y explicar todo de una manera clara y fácil; de eso se trata y sigue perdido, sabemos que existió y no se sabe dónde está.
“La virreina María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga se lo pidió para imprimirlo, pero Sor Juana le dijo que no porque estaba muy informal. Ese texto está tremendamente perdido”, dijo el también profesor de la UCSJ.
Por lo que hace a los manuscritos, Gutiérrez Reyna dio a conocer que estaban acompañados de poemas que la escritora envió desde México a Madrid a su protectora, la Condesa de Paredes, con el fin de que se publicaran, pero al igual que El Caracol, no se sabe nada.
“Sor Juana envió una copia manuscrita con poemas a la Condesa de Paredes desde este convento a Madrid, para que con ellas se realizara la primera edición de sus obras y que se llamó La inundación Castálida.
“De esos manuscritos hay varios testimonios que nos dicen que estuvieron en la Biblioteca del Escorial cerca de Madrid, la casa de campo de los reyes de España; que se depositó en esa biblioteca. Hay gente que dice que los vio en manos de la misma Condesa de Paredes en el puerto de Cádiz, pero nada confirmado y siguen perdidos”, señaló.
El académico cuenta que sigue la pista de ambos textos y consideró que ambos no se encuentran en México, sino en Europa.
“No creo que estén en México, en el caso de los manuscritos, estoy seguro que están en Europa, para allá fueron y nunca regresaron, y el Caracol es imposible seguirle la pista. Sólo tenemos la referencia de que alguna vez existió, pero si está en México o Europa no se sabe”, refirió.
Comentó que hace poco hubo una propuesta junto con la Academia Mexicana de la Lengua (AML) para ir a buscar ambas obras, «pero determinamos que era buscar una aguja en un pajar y que no podíamos destinar muchos recursos públicos a encontrar algo quien sabe en dónde.
“Por mi parte seguiré buscando y espero que algún día, algún investigador que se involucre por allá (Europa) y los descubra”, agregó.
El profesor en Letras cuenta que a 322 años de su muerte el legado, enseñanzas y obra de la Decima Musa siguen vigentes.
“El siglo XX fue especialmente benévolo con ella. Pero no siempre fue así, pues en el siglo XVIII y XIX la obra de Sor Juana estuvo sumida en un olvido muy profundo”, señaló.
Mencionó que autores de la talla de Amado Nervo, Ermilo Abreo Gómez, Javier Villaurrutia y Jorge Cuesta la trajeron de vuelta a finales del siglo XIX y principios del XX.
“Amado Nervo en 1910 publicó Juana de Asbaje en España; después vino la generación de los contemporáneos, a quienes se les debe la reedición moderna de sus obras. Fue el caso del escritor Ermilo Abreo Gómez, editor del poema más importante de la poetisa El Primer Sueño; luego Javier Villaurrutia y Jorge Cuesta fueron encargados de resucitarla en el siglo XX”, destacó.
Luego, indicó Gutiérrez Reyna, aparecieron figuras como Alfonso Méndez Blancarte que editó sus obras completas en los años 50 y Octavio Paz que la volvió en el centro de la discusión cuando en 1983 publicó Las trampas de la fe.
“Estas figuras fueron verdaderos enamorados de Sor Juana, vieron en ella, muchas cosas pero, sobre todo, la oportunidad de legitimar su propia poesía con la de Sor Juana.
«Para Urrutia y Cuesta resucitar a Sor Juana implicaba legitimarse asimismo; ellos también eran poetas revolucionarios y al momento de traerla de vuelta buscaban decirle al mundo que no eran los primeros que hacían estas locuras”, destacó.
Cuenta que Sor Juana ha sido importante todo este tiempo porque se ha configurado como estandarte de muchos movimientos sociales, en México y en el extranjero.
“Fue una pensadora revolucionaria, pues planteó la posibilidad de universidades para las mujeres, de que tuvieran el acceso al conocimiento. Su relación con la Condesa de Paredes a quien le decía versos de amores muy encendidos y todo esto que la configura como un personaje interesante, es decir, la vida de Sor Juana, ya es un parteaguas en sí misma, sin necesidad de su obra”, dijo.
Subrayó que esa autora fue además el mayor éxito de ventas de la literatura en el llamado Siglo de Oro, por encima de Miguel de Cervantes y su Quijote, el cual tuvo siete ediciones, mientras que la poesía de la Décima Musa tuvo 20 ediciones desde 1689 hasta 1725 en español.
Definido como sor juanista, el académico se dijo convencido de que la poetisa mexicana seguirá dando de qué hablar en el terreno literario.