«Un libro suele empezar con el deseo de aliviarse de algo»: Julieta Campos

La Jornada. A 13 años de su muerte, que se cumplieron este 5 de septiembre, el universo narrativo de la escritora Julieta Campos sigue vigente en las atmósferas donde resuena el mar de su natal Cuba.

Sus novelas Muerte por agua (1965) y Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina (Premio Xavier Villaurrutia 1974) la sitúan como una de las grandes exponentes del nouveau roman en Hispanoamérica, opinan los críticos.

Campos residió en México desde 1955 (año en el que se doctoró en filosofía y letras en la Universidad de La Habana) hasta que perdió la batalla contra el cáncer de pulmón, en 2007. Tenía 75 años.

En 1953 se enamoró de las letras al tener la oportunidad de estudiar un diplomado sobre literatura francesa contemporánea en La Sorbona, en París. En esa ciudad conoció al diplomático mexicano Enrique González Pedrero, con quien contrajo matrimonio y tuvo un hijo, el escritor Emiliano González.

De 1978 a 1982, Julieta Campos fue directora de la sección mexicana de la organización internacional de escritores International PEN.

Trabajó 14 años como traductora al inglés y al francés para las editoriales Fondo de Cultura Económica y Siglo XXI Editores, donde tradujo alrededor de 38 libros sobre política, economía, historia, sicología y sociología.

Fue secretaria de Turismo en el Gobierno del Distrito Federal durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Escribió las novelas El miedo de perder a Eurídice (1979), Reunión de familia (1997), La forza del destino (2004), además de innumera-bles ensayos. 

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