Yhadira Paredes/El Demócrata. Un río morado y verde se formó sobre la avenida Manuel Ávila Camacho en la ciudad capital donde miles de mujeres veracruzanas se unieron en la marcha del #8M, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
El reclamo era claro: no más violencia contra la mujer, no más conductas feminicidas y gritar por aquellas que ya no tienen voz.
Al frente del contingente mujeres feministas con alguna discapacidad se unieron en el protesta, después madres acompañadas por sus niños, niñas y bebés, luego el resto de ellas, cientos, miles al grito de “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente” y “Justicia, justicia”.
Fue el Teatro del Estado el centro de reunión de las mujeres, jóvenes y adultas, madres de familia, activistas de diferentes frentes, para después bajar por la Ávila Camacho, donde hicieron un alto en la zona del Monumento a La Madre, e n el cual pintaron consignas.
Previo a ello, corretearon a los reporteros, fotógrafos y camarógrafos que a la distancia seguían el camino de la marcha.
El viaducto fue la siguiente parada, donde realizaron nuevamente pintas, seguido de la parte trasera del Palacio de Gobierno y la peor parte se la llevó la iglesia del Beaterio ubicada sobre la calle Zaragoza, donde rompieron una de las puertas e hicieron pintas.
Alrededor de las 3:00 de la tarde el contingente llegó finalmente a la explanada de la Plaza Lerdo que resultó insuficiente para albergar al nutrido contingente de mujeres.
El saldo, finalmente fue blanco y durante todo el camino estuvieron resguardadas por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, Policía Estatal, Fuerza Civil y elementos de la Policía Municipal de Xalapa.