‘Fue’, ‘Mi negro pasado’ y ‘Soldados de Salamina’, entre las recomendaciones literarias de la semana

Se trata de un relato en el que la aventura, la espiritualidad, la historia y el lenguaje se amalgaman. Para llegar a ese punto, el lector habrá de adentrarse en el peculiar Portus Macedonum, en la mágica isla de Bibakta y en las montañas del Kush que, entre sus desfiladeros, cuevas y ríos, ocultan secretos casi tan antiguos como el hombre mismo.

Los personajes y situaciones memorables, la manera de abordar los llamados “grandes temas” y el vigor estilístico, terminan por descubrir a la protagonista real de la novela: La belleza, eterna mediadora entre lo humano y lo divino que sabe decirlo todo sin palabras, porque amamos sin darnos cuenta y sin saber que al hacerlo salvamos y somos salvados.

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Mi negro pasado, de Laura Esquivel, continuación de Como agua para chocolate, una de las novelas más entrañables de las últimas décadas. La alegoría de la libertad femenina con más de siete millones de ejemplares vendidos en todo el mundo; es la mejor receta contra los males de nuestros días: el desarraigo, la obesidad y el consumismo vacío.

“María”, adicta a la comida, sufre el fin de su matrimonio a la mitad de una avalancha de reproches racistas y machistas. Deshecha, recibe de manos de “Lucía”, su abuela mucho tiempo ausente, el diario de “Tita”. Al adentrarse en él, descubre insospechados secretos familiares, y la capacidad del espíritu humano para volar muy alto, gracias a la alquimia.

Alquimia que transforma ingredientes naturales en alimento y un sentido de pertenencia. La voz de “María”, de la estirpe guerrera que las mujeres De la Garza, continúa tejiendo la saga familiar. La protagonista debe sortear los baches filiales y confiar en sí misma. Este proceso la lleva a una conexión inquebrantable con “Tita” y con todos sus ancestros.

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Extraordinario (Wonder), de R. J. Palacio, se trata del fenómeno editorial que llevado a la pantalla grande. Del protagonista, su cara lo hace distinto, pero él sólo quiere ser uno más. Aunque siempre trata de esconder su rostro, es objeto de reacciones de asombro, miradas y susurros. “August” sale poco, su vida pasa entre las cálidas paredes de su casa.

Se pasa el tiempo en compañía de su familia, su perra “Daisy” y las increíbles historias de La guerra de las galaxias. Ese año todo cambia, porque va a la escuela por primera vez. Allí aprende la lección más importante de su vida: Crecer en la adversidad, aceptarse tal es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.

Mientras Palacio se dedicaba a diseñar cubiertas para autores, soñaba con escribir algún día una novela. Sin embargo, le parecía que nunca llegaba el momento hasta que se dio cuenta de que lo único que tenía que hacer era empezar a escribir. La lección de “August” es su primera novela y, tras los elogios que ha despertado, seguramente no será la última.

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Soldados de Salamina, de Javier Cercas. Se trata de una nueva edición de esta novela imprescindible del siglo XXI, revisada a fondo por el autor y rematada por un epílogo esclarecedor escrito por él mismo. En la trama, a finales de enero de 1939, apenas dos meses antes del final de la Guerra Civil, un grupo de prisioneros franquistas es fusilado.

Eso pasa cerca la frontera francesa y los verdugos son soldados republicanos que huyen hacia el exilio. Entre esos prisioneros estaba Rafael Sánchez Mazas, fundador e ideólogo de la Falange, poeta y futuro ministro de Franco, quien consigue milagrosamente escapar y ocultarse en el bosque mientras los republicanos lo persiguen; hasta que es descubierto.

El soldado que lo descubre lo encañona y viéndolo a los ojos, le perdona la vida. 60 años más tarde, un novelista fracasado descubre por azar ese enterrado episodio, y emprende una investigación para aclarar sus circunstancias y desentrañar su significado. ¿Quién era de verdad Rafael Sánchez Mazas? ¿Cuál fue su verdadera peripecia de guerra?…

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Eleanor Oliphant está perfectamente, de Gail Honeyman, es la historia de una chica solitaria y peculiar, quien ha aprendido a sobrevivir olvidándose de vivir, contada de manera magistral en 336 páginas. Nadie le dijo a “Eleanor” que la vida podía ser mejor. Siempre dice lo que piensa y lucha por dejar de ser alguien de pocas habilidades sociales.

Ella misma se prepara un calendario vital, cuidadoso y estricto, para evitar interacciones sociales: Los fines de semana los pasa sola comiendo pizza congelada y bebiendo vodka, y todos los miércoles habla con su madre. Más cambia cuando conoce a “Raymond”, un  el informático de la oficina. Juntos abandonarán la soledad en la que han estado viviendo.

Se trata en realidad de una novela cálida y elegante. Es la bien estructurada historia de una heroína absolutamente fuera de lo común, cuya inexplicable rareza y agudo ingenio, evidente y descarado, la llevan a darse cuenta de que la única manera de sobrevivir en el mundo real es abriendo su corazón a la amistad, un valor que se resiste a morir hoy día.